Crisis en México

Alejandro Morales 11°

Hace menos de dos meses que el nuevo presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, (AMLO) asumió su cargo y el país ya está sumido en una crisis. López Obrador, perteneciente al partido político Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), en una supuesta medida por reducir el “huachicoleo”, como es llamado el hurto de energéticos fósiles, decidió autorizar el cierre de tuberías cuando se detectó una baja presión, debido principalmente al robo de combustible. De acuerdo con cifras oficiales, el “huachicoleo” representa pérdidas de alrededor de 65,000 millones de pesos (alrededor de 3,400 millones de dólares estadounidenses). Entre los últimos días de diciembre y los primeros días de enero de 2018 las autoridades ordenaron el cierre de al menos cuatro de los trece ductos que PEMEX, la petrolera mexicana tiene. Esta decisión provocó un desabastecimiento de combustible en las regiones de Jalisco, Hidalgo, Tamaulipas, Guanajuato, Querétaro y en el Estado de México el cual ha durado casi un mes. El plan de respuesta del Gobierno Federal era el distribuir la gasolina a esas regiones por medio de carrotanques; sin embargo, esta medida resultó completamente inefectiva llevando tanto al cierre de múltiples negocios, como a extensas filas en las estaciones de aquellas regiones.

Falta ver cómo le resulta este plan a Andrés Manuel López Obrador porque, aunque se informa que a partir de la aplicación de esta estrategia el número de pipas robadas cada día ha disminuido de 787 a 177 y que se ha podido ahorrar unos 2,500 millones de pesos mexicanos (alrededor de 129 millones de dólares estadounidenses), el plan alterno de abastecimiento no da abasto y la situación de desabastecimiento no puede volver a ocurrir.

Toda esta situación deja un pequeño interrogante, ¿qué sucederá cuando se empiecen a agotar las energías fósiles no renovables y el desabastecimiento sea algo común?