¡Dame un like!

Por Luciana Medina, 11°

Hoy, he revisado mi celular más de 20 veces. Son las diez de la mañana.

Hay un dilema en respecto a la adicción al internet. Si soy una persona de tercera edad, puedo vivir fascinada por conocer la tecnología y sus drásticos cambios en comparación a lo que había en mi niñez; si soy un adulto joven, puedo vivir fascinado por evolucionar junto a aquello que empezó a evolucionar en mi niñez; y si soy menor de edad, puedo vivir entorno a la tecnología con la que he sido criado. Por tanto, en cada generación hay alguna variable que podría conllevar a un uso continuo, casi adictivo, del celular en el día a día.

¿Qué vemos en el celular? Este fue diseñado con el propósito de mejorar la comunicación entre personas. Con el tiempo, se han desarrollado una infinidad de aplicaciones que nos permiten la comunicación de una gran variedad de maneras. Estas se denominan comúnmente como redes sociales.

Veo una foto; doy un like. Veo otra foto; doy otro like. Veo tres otras fotos; doy otros tres likes. Si no me gusta la foto, la ignoro. Entonces, si a muchas personas no les ha gustado lo que has publicado, tendras menos likes. ¿Menos likes significan una humillación? Para algunos. Para muchos.

Hace poco, vi un capítulo bastante conocido de Black Mirror llamado Nosedive. En pocas palabras, trataba de una sociedad en la que, entre más likes tenga una persona, mejor su ranking, y, por ende, mayor su estrato social. Siendo así, una mujer, Lacie, lucha de manera pasivo-agresiva por obtener un ranking de 4.5, siendo 4.5 para arriba el más prestigioso. Para conseguirlo, debe tener una gran sonrisa, un cabello de ensueño, fotos que deslumbran, y construir amistades falsas con el fin de beneficiarse de ello.

No me gustó el capítulo. No me gustó en lo absoluto. Todo es color pastel; rosado pastel, azul pastel, verde pastel, beige, crema, etc. Las casas son todas casi idénticas con una fachada blanca que, en mi opinión, sólo ilustra la misma idea todo el episodio: monotonía. La hipocresía se vuelve un aspecto cada vez más desagradable a medida que transcurren los minutos. La desesperación de la protagonista la consumía al punto en que se volvió fastidioso. Casi todo el episodio hablaba de lo mismo. Hablaba de likes y el desesperado intento de subir de ranking.

Pero, no les he contado el final.

Al final, Lacie pierde su cordura en el momento en el que todo lo que estaba oculto bajo la superficialidad sale de su escondite. Como es de esperarse, su comportamiento explosivo causa que la lleven a la cárcel. Aquí es donde se vuelve interesante. Lacie se despoja del apretado vestido para quedar solo en ropa interior, empieza a gritarle insultos interminables al prisionero en frente de su celda, este le grita de vuelta, y termina con ella viendo nieve caer dentro de su celda.

Entonces, en esos últimos cinco minutos logro entender los 40 minutos que fueron antes.

Ahora explicaré.

Primero, el color pastel fue usado para transmitir un sentido de blandez. Es decir, la blandez de una vida en la que ya no hay interacción humana, sino un constante uso de una superficialidad forzada para prosperar en una red social. Segundo, las casas son idénticas porque debe haber un sentido de constancia. Las personas ya no son únicas ni desarrollan una ideología a nivel personal, sino que tienen un solo propósito en común que es la aceptación social. Tercero, la mayor parte muestra la misma monotonía y aburrimiento para crear en nosotros un sentido de desagrado a un mundo con características tan carentes del sentido emocional de la vida. De esta forma, el final hace un sonido aún más sonoro. Así, nos damos cuenta que al final, Lacie no está demente, en cambio, libera sus sentimientos y verdades sin filtro.

Pienso que esta serie de televisión quiere enfocarse en la crítica a la intención que tenemos de honrarnos a nosotros mismos mientras construimos apariencias. Pero, hay una línea muy delgada entre la autenticidad personal y la falsedad en la interacción virtual. Ahora bien, ¿se volverán las redes sociales un estilo de vida? ¿Que será de la intimidad humana si vivimos en torno a un like?