- un día
En el limbo
Actualizado: 11 dic 2018
Por: Antonio Múnera, 11°
Deambulaba cegado por rayos de inocencia. Ese momento poco duró, se escurría de mis manos y ya se había hecho tarde para atraparlo. Una hendidura se abrió bajo mis pies. En vano, traté de huir de la grieta que me perseguía, pero la tierra inevitablemente me absorbió.
Cayendo, encontré antiguos conocidos; todos agobiados, tratando de sobrevivir, como yo. Muchos querían devolverse, pero solo podíamos mirar hacia abajo. La sensación de caer era profunda,
el piso ardiente estaba lejano, infinito.
La capa de hielo que me recibió quemó mis pies. Su superficie, cual espejo, reflejaba la imagen de una sombra que me esperaba. Caminé sonámbulo. Por un momento me separé de la muchedumbre para acercarme a una luz distante y tenue. Mientras corría hacia ella, se iba opacando. Corrí hasta que no pude sentir mis pies, pero no logré acercarme a ella. Corrí con la esperanza de abrazarla. Todavía estoy corriendo.
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