- Sara Carpena
Hombre y mujer: una construcción cultural
Sara Carpena
La feminidad y la masculinidad han sido conceptos muy controversiales a través de los años por su complejidad. Más específicamente, él estereotipo referido a la diferencia física y mental de un hombre y una mujer. Quiero mencionar estos conceptos a partir de la definición de la Real Academia de la lengua Española (RAE).
- Feminidad: “Conjunto de características físicas, psíquicas o morales que se consideran propias de la mujer o de lo femenino, en oposición a lo masculino”.
- Masculinidad: “Conjunto de características físicas, psíquicas o morales que se consideran propias del varón o de lo masculino, en oposición a lo femenino”.
Pero, ¿Qué nos permite identificar que las características de una mujer se vuelven características de un hombre? ¿Qué hace a un hombre femenino y a una mujer masculina?
Tomemos por ejemplo un cuadro pintado por Fabián Chairez, artista mexicano que ilustra al histórico Emiliano Zapata, con aspectos reconocidos socialmente cómo femeninos. Gran parte de la sociedad mexicana rechazó estaobra lo que dio lugar a un debate que aún está vigente. ¿Qué es lo que tanto le afecta a un grupo social que un hombre considerado por ellos como un “macho” sea retratado con rasgos femeninos?
Para comprender la esencia de ese debate, primero debemos entender la cultura mexicana y su perspectiva sobre la diferencia de género: culturalmente los hombres se retratan o se describen como “machos”, el típico personaje mexicano con su pecho peludo y su fenotipo muscular. Entonces, ¿qué pasa cuando uno de sus “héroes” o líderes es descrito de forma “frágil”, “femenina” y sin un cuerpo musculoso? ¿Qué reacción se espera de los espectadores cuándo ven a su héroe mexicano desnudo sobre un caballo, haciendo una pose sexy, con un sombrero rosado, sin armadura, envuelto en un lazo del color de la bandera de su país y, para completar, con tacones. Para algunas personas, esto no es motivo de controversia, solo lo consideran una perspectiva diferente del artista. Pero, para otras es una ofensa para su cultura no solo por ilustrar al héroe de forma femenina, sino que también lo consideran como una degradación al legado del personaje, a su reputación y a su familia.
Segundo, nos podemos preguntar si los géneros femeninos o masculinos se deben considerar cómo estereotipos. En generaciones pasadas se esperaba y era aceptable que un hombre solo se comportara de tal manera, masculina, hombre de la casa, padre responsable que mantenía a la familia y era el que proveía el dinero. Por esta razón también se conocen tradiciones o dichos que nosotros como sociedad repetimos sin saber él verdadero significado detrás de ellas. Como ejemplo de lo anterior encontramos el cambiador de pañales en los baños femeninos pero no en los masculinos. Esto lo podemos identificar como una simple generalización, pero al detenernos en el tema, conocemos que la idea real está detrás de la ejecución. ¿Qué pasa cuándo un hombre soltero necesita cambiar el pañal de su hijo? La sociedad, aunque lo disimule, todavía considera que hay una probabilidad más alta de que una madre le cambie el pañal a un niño y no el padre, que una mujer sea madre soltera y no un padre soltero. El rol de la mujer en la sociedad se ha construido alrededor del trabajo en casa y del cuidado de sus hijos; estereotipos que se siguen manifestando en objetos materiales y representaciones sociales alrededor de nuestra vida cotidiana.
Podemos entender como la mentalidad sexista de la sociedad todavía se puede ver reflejada en aspectos claves como el arte. La reacción de un gran número de personas frente a la pintura de Fabián Chairez, deja ver que la sociedad sexista todavía separa la sexualidad del hombre y de la mujer en pequeñas categorías que son clasificadas por ciertas maneras de actuar y de pensar, la mentalidad sexista de la sociedad sigue clasificando al género femenino el grupo cuidador los bebés y al masculino como el proveedor del aliento.