La fallida catarsis sudamericana

Por:David Cardona, grado °12

La historia de la Copa Libertadores se remonta a inicios del siglo pasado cuando Francis Chevallier Boutell oficializó el deporte del balompié en América del Sur. Este fue el primer paso para que años más tarde se consolidara, por fin, la “Copa Campeones” en 1959, luego conocida como la “Copa Libertadores de América”, homenajeando a los héroes que establecieron las naciones sudamericanas.

La final de dicho torneo se jugó el pasado 9 de diciembre, en este caso entre los emblemáticos equipos del Boca Juniors y el River Plate. Sin embargo, esta vez el juego se definió por fuera del continente, en el Estadio Bernabeu en Madrid, España. A pesar de que tal decisión causó mucho descontento, en especial por parte de periodistas y jugadores que lo tildaron como una vergüenza, olvidamos que de no ser por la violencia de los hinchas, el juego no hubiera sido alterado. No obstante, aunque la acción tomada por Confederación Sudamericana de Fútbol (CONMEBOL) fue una respuesta certera, ¿es esto suficiente para generar una catarsis en este lado del globo?

Primero, tendríamos que verlo como el acto de castigo que es, el cual por su parte detuvo la posibilidad de más de 100 millones de hinchas de ver a su equipo; aunque al mismo tiempo, dejó en evidencia al mundo la falta de autoridad que hay no solo en Argentina sino en todo el sur. Es cierto que al final hubo un ganador, siempre lo hay, pero habría que preguntarse si vale la pena que este tipo de desenlaces nos lleven a confirmar la imagen negativa que las naciones no latinoamericanas tienen de nosotros. Como dijo el futbolista brasileño Daniel Alves, “No pienso que las otras personas que no han tenido nada que ver con lo sucedido tengan que pagar por unos maleducados”. Al final, no hacen falta más que unos pocos maleducados para que todos tengamos que pagar por ellos. Es cierto, tal vez solo haya ocurrido una vez, pero no debería volver a suceder, hay que evitar que nos quiten la autonomía.