Rumbo a la gloria

Jerónimo Muñoz

La emoción que genera el baloncesto no se mide por la cantidad de puntos o triples que mete un equipo. Si no que por todo el sacrificio y la disciplina que se da día a día. Los jugadores del equipo de baloncesto del Colegio Bolívar están recorriendo un camino de superación y entrega y todo para un torneo de una semana, pero genera emoción e intriga como si durara toda la vida.

El equipo de baloncesto masculino del Colegio Bolívar está en medio de un proceso de preparación para el torneo binacional que se jugará en Barranquilla para la fecha del 16 hasta el 23 de noviembre. Este camino está teniendo muchos partidos con diferentes retos para poder llegar de la mejor manera a la cita binacional, desde partidos contra equipos de la liga del valle hasta torneos contra universitarios. Todo esto es gracias a la entrenadora Mónica que siempre está buscando diferentes retos para sus jugadores.

El objetivo principal es jugar hasta el cansancio y medirse contra equipos de un nivel similar a los que se pueden encontrar en Barranquilla. Desde la agilidad de las niñas sub-17 hasta la fuerza y dominancia del equipo de la universidad Javeriana.

Cada partido se juega con un objetivo diferente, probar estrategias defensivas, jugar con ciertas jugadas en ataque o simplemente saber manejar la presión cuando el partido está reñido. No pasa nada si no se obtiene el resultado deseado, pero con cada juego se gana confianza en el equipo y en el juego que se propone. Este proceso ha traído muchas alegrías y eventos inolvidables para cada jugador haciendo que esto ya más que un equipo sea una familia.

Después de cada juego, cada cancha corrida y cada gota de sudor derramada el equipo del Colegio Bolívar va en camino a Barranquilla con la satisfacción de haberlo dado todo. Pero más que competir el bolívar va con el objetivo de traer una medalla a casa porque esto más allá de un hobbies es la manera de demostrar que con disciplina y la unión que los caracteriza todo se puede alcanzar.