Caso Santrich

Por: Martin Villalobos, 11°

Durante las últimas dos semanas los colombianos estuvieron con la incertidumbre frente del caso ex-guerrillero Jesús Santrich, capturado en abril del presente año, acusado del delito de narcotráfico. Cuando la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP), anuló la posibilidad de extraditarlo y además declaró su libertad inmediata, el país quedó anonadado. Está reacción se dio debido a la falta de objetividad por parte de la JEP en el proceso de paz. Durante dos días, el país estuvo a la espera de que el ex-guerrillero quedará en libertad. A lo largo de esas 48 horas se evidenció la inconformidad de diferentes organismos del gobierno y del pueblo ante la decisión de la JEP. Inclusive, el Fiscal General de la Nación, Néstor Humberto Martínez, la vice-fiscal general de la Nación, María Paulina Riveros, y la Ministra de Justicia, Gloria María Borrero, renunciaron a sus cargos, luego de la decisión de la JEP. Tales renuncias estuvieron acompañadas de una gran molestia del Presidente Duque, así como de la cabeza del Senado, Ernesto Macías.

El pasado viernes 17 de mayo, Jesús Santrich salió de la cárcel la Picota, en Bogotá; y luego de pasar 17 minutos por fuera de las barricadas de la cárcel, el Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario (INPEC), re-capturó al sindicado que salía en silla de ruedas de la Picota. Esto lo hizo la procuraduría en búsqueda de apelar ante el fallo de la JEP. La apelación se fundamenta en que, primero, a la JEP no le correspondía decidir si la conducta por la que Santrich es solicitado por los Estados Unidos tuvo carácter delictivo o no. Además de esto, la fiscalía cuenta con un testigo que afirma haber estado presente durante una conversación de Santrich con unos mexicanos tratando temas relacionados con narcotráfico. Dicho testigo es Marlon Marín, sobrino del ex-guerrillero Iván Márquez.Ahora, la procuraduría espera que la JEP retracte su veredicto inicial con el fin de que el proceso de extradición pueda continuar tal cual como venía antes.